Dicen que si uno se encuentra con el gato blanco de cola naranja tu vida cambiara, yo no soy supersticiosa y no creo que un gato me cambie la vida; aunque me he encontrado con gente que si cree en aquello. Como aquél capitán pirata, ése que no poseía barco, como olvidarme de él, viejo y con su pata de palo, bigote largo y aspecto harapiento, igual que los cuentos con su loro verde de brillante plumaje. Sí, aún me acuerdo de ese día, estaba en un muelle sentado solo frente al mar, lo mire por bastante rato preguntándome que estaría esperando, la duda me carcomió, y no pude evitar acercarme a él, estaba cerca para poder comenzar el diálogo, pero su mirada estaba perdida en algún lugar, en uno muy lejano al parecer, yo ya sumergiéndome en sus pensamientos, me lo imaginaba con 10 años menos, y con un barco que comandar, con una espada desvainada y en medio de una pelea por un botín espectacular. También lo logre ver en el momento en que un motín le hicieron, y sus mejores piratas lo traicionaban por unas monedas de oro para poder comprar una botella de ron al volver a la ciudad, la desilusión de ver que los que creía sus amigos lo traicionaban le había dejado marcas en su cara, señales de dolor, esas heridas que aunque cicatricen siempre van a estar. Pero ya no podía ver más historias de él, porque su mirada de un momento a otro se fijo en mí, y en mi ondeante vestido, y con cara de preocupación me observó y exclamó:
- Tu tienes mucha curiosidad muchacha, y este viejo sabe que muchas preguntas debes tener sobre este ser que observas, yo solo espero que mi barco vuelva, y que esos traidores mueran, pero no sucederá, porque años he esperado y nada ha pasado. Espero que llegue mi barco, o que algún día ése gato vuelva, ¡Oh, si señorita!, yo lo vi, tiempo atrás cuando soñaba con navegar, y no dudes de que lo que le pedí me cumplió. Tres días pasaron sin novedad, y al despertar del último lo volví a ver, me guió hasta un lugar desconocido y maravilloso, ahí me encontré sorprendido lo que siempre desee. Pero la gente me traicionó, y aquél barco que dominaba he perdido a malas ganas. Nunca lo volví a ver, se que él volverá.
Yo no lo podía creer, alguien me aseguraba que aquel gato si existía al parecer, yo como ingenua le conteste:
- Un sueño tuvo buen señor, descanse.
- Señorita usted algún día comprobara que si uno cree en aquellas cosas, le podrá pasar, pero es tarde ya, mejor váyase a su hogar.
- Razón tiene usted, que este bien.
Y partí a mi hogar tarde era, mi vida siguió y tres días después aquél viejo desapareció, y hasta ahora en el pueblo se habla del pirata, el barco, y aquél gato de cola naranja.
p.d: Mi primera publicación en el blog.
todavía me acordaba de ese cuento! :D
ResponderEliminarsaludos y espero tengas el espacio que deseas aca =) te sigo! xD
gracias =)
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